-
Karadima
- El peor error del papa Francisco [Pope Francis' Worst Blunder]
- Narrado por: Ovide Bastien
- Duração: 1 hora e 58 minutos
Falha ao colocar no Carrinho.
Falha ao adicionar à Lista de Desejos.
Falha ao remover da Lista de Desejos
Falha ao adicionar à Biblioteca
Falha ao seguir podcast
Falha ao parar de seguir podcast
Assine e ganhe 30% de desconto neste título
R$ 19,90 /mês
Compre agora por R$ 17,99
Nenhum método de pagamento padrão foi selecionado.
Pedimos desculpas. Não podemos vender este produto com o método de pagamento selecionado
Sinopse
Desde el inicio de su papado en 2013, el papa Francisco ha sido elogiado y admirado por sus opiniones progresistas sobre la justicia social y la crisis climática. Y también ha denunciado el clericalismo que existe en la Iglesia católica y ha dado muchos pasos para demostrar que, como papa, quiere alejarse de ese clericalismo: eligió vivir en la modesta residencia de Santa Marta en lugar de los tradicionales apartamentos papales; eligió que le llevaran en un coche usado en lugar de la tradicional limusina papal; para su primera salida oficial, eligió Lampedusa, la isla italiana a la que llegan regularmente miles de refugiados de África que Europa trata de rechazar; a veces invita a los marginados a su mesa para compartir una comida con él.
Reconociendo todo esto, Ovide Bastien sostiene que el papa Francisco sigue sin embargo inmerso en el clericalismo. Y para demostrarlo, describe con detalle lo que llama el peor error del papa hasta la fecha, la que cometió, durante su visita a Chile en enero de 2018 en el caso del notorio sacerdote abusador, Fernando Karadima. ¡En todas sus apariciones públicas, el papa Francisco permitió que el obispo Juan Barros estuviera a su lado, el hombre que, según las víctimas de Karadima, no sólo encubrió a este sacerdote abusador, sino que incluso estuvo a menudo en la habitación presenciando pasivamente los abusos mientras sucedían! Y cuando un reportero cuestionó la conveniencia de permitir que el obispo Barros estuviera a su lado, el papa Francisco replicó que no había prueba alguna contra este obispo y que lo que decían los sobrevivientes de Karadima era mera calumnia.
Sabemos que el papa, al regresar a Roma, se dio cuenta rápidamente de que su error había provocado una tormenta mediática internacional, haciendo que su credibilidad cayera en picado. E inmediatamente dio un giro de 180 grados: envió a dos investigadores a Chile, leyó su devastador informe, invitó a tres de las víctimas de Karadima a su residencia de Santa Marta en Roma, se disculpó por su error, que insistió se debía a que había sido mal informado, y finalmente, reprendió públicamente a los obispos chilenos convocándolos a Roma, donde presentaron colectivamente su renuncia.
Este dramático giro fue interpretado por muchos como una señal de que el papa Francisco estaba abordando de frente el clericalismo subyacente a los abusos del clero. Bastien no está de acuerdo. Según él, este giro representa, sobre todo, un intento del papa de recuperar su credibilidad como líder. Al atribuir su error al hecho de que estaba mal informado, estaba, a todos los efectos, convirtiendo al episcopado chileno en una oveja expiatoria, haciendo que la opinión pública se apartara de su propia actitud clericalista y no evangélica hacia las víctimas chilenas, y se centrara directamente en la de los obispos chilenos.
Bastien demuestra que la actitud del papa Francisco hacia las víctimas de Karadima no es diferente de la que adoptó hacia las víctimas de los sacerdotes abusadores en Argentina cuando era arzobispo de Buenos Aires. Tampoco es diferente de la actitud que adoptó en 2020 hacia las víctimas de su antigua mano derecha en el Vaticano, el cardenal australiano George Pell.
Please note: This audiobook is in Spanish.