Durante los varios siglos en que el antiguo Egipto se irguió como una de las más grandes civilizaciones, si no la más grande, del mundo antiguo, los conflictos con sus enemigos jugaban a menudo un rol central en textos jeroglíficos y arte de los templos y tumbas. Los tres principales enemigos de los egipcios eran los libios que ocupaban el desierto occidental y sus oasis, los llamados asiáticos que vivían en el Levante, y finalmente los nubios al sur de Egipto. Entre los tres pueblos, los nubios eran los más “egipcianizados” y, en momentos, fueron integrales para el desarrollo de la historia egipcia. Verdaderamente, los nubios fueron el más grande de todos los pueblos subsaharianos en tiempos premodernos y merecen ser estudiados por derecho propio, aparte de la historia antigua egipcia.

Desafortunadamente, dado que los nubios tomaron prestado mucho en términos culturales de su vecino al norte, a menudo es difícil para los estudiosos separar aspectos de la antigua cultura nubia que fueran verdaderamente únicos y “nubios”, de aquellos que eran egipcios. Un historiador señaló: “Como era de esperar, se ven rasgos nubios fuertes y coloración oscura en sus trabajos de escultura y relieve. Esta dinastía se ubica entre las más grandiosas, cuya fama sobrepasó por mucho su tenencia real del trono. Resulta especialmente interesante que fue un miembro de esta dinastía quien decretó que ningún ‘Nehsy’ (nubios ribereños del principado de Kush), excepto los que venían por razones diplomáticas o comerciales, debía pasar junto a la fortaleza egipcia en el extremo sur de la segunda catarata del Nilo. ¿Por qué esta familia real de ascendencia nubia prohibiría que otros nubios entraran al territorio egipcio? Porque los gobernantes egipcios de ascendencia nubia se habían vuelto egipcios culturalmente; como faraones, exhibían actitudes típicamente egipcias y adoptaron políticas típicamente egipcias”.

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