300 palabras para (des) aprender a vivir.

De: Guillermo S. Giaquinta
  • Sumário

  • Nunca hicieron falta más de una o dos palabras para decir las cosas en forma sincera y, algunas pocas más, para abrir o cerrar capítulos enteros de nuestas vidas. 300 palabras parecen pocas pero son muchísimas si se ordenan, una detrás de la otra, y logran el objetivo de comunicarnos. Soy Guillermo Giaquinta. Publicista, autor de canciones (algunas conocidas), "escribidor" y perdedor en los principales certámenes de novela del mundo (pero insisto). En 300 palabras, voy a compartir con ustedes mi mirada sobre las cosas que nos interesan a los que nos interesamos por las cosas. Bienvenidos.
    Guillermo S. Giaquinta
    Exibir mais Exibir menos
Episódios
  • Somos casas.
    Nov 22 2024

    De los 8 mil millones de habitantes de este mundo, más del 20 % alquila.

    En Estados Unidos hay 102 millones de inquilinos.

    El 61 % de los suizos, alquila. Los siguen en el ranking, alemanes y dinamarqueses.

    En Argentina, el 34,5 % de las viviendas son alquiladas.

    Los que se divorcian, incrementan la demanda de vivienda.

    Los hijos, cuando se van de la casa, Cerca o lejos y cada vez más tarde, también.

    Los que eligen vivir solos, más.

    Sumale las casas que están vacías y en el vecindario nadie sabe nada.

    – ¿El dueño se murió?

    – No. Me parece que se fueron a España.

    Pensaba que ya no se debería decir más eso de que la familia es la célula de la sociedad. No es la familia, ¡son las casas!

    En la vida de una casa, la familia es un ratito, que termina en geriátrico, conflicto, sucesión y venta.

    Hoy, los jóvenes no se van de la casa familiar para formar otra familia, cosa que, según las tendencias actuales, tal vez nunca les suceda. Se van a por el espacio propio.

    Desde la época de las cavernas, tener donde pasar la noche es la principal preocupación de los humanos. Con quién la vas a pasar, es un tema secundario.

    Cuando uno viaja, visita ciudades o pueblitos y ve casas. Describe esas casas. Fotografía esas casas.

    Conservadas, bombardeadas, humildes, palaciegas.

    El altillo del pintor, el búnker del paranoico, la cabaña de troncos de Daniel Bone.

    La del primer chanchito, la del segundo y la del tercero.

    Al final, la humanidad somos casas.

    Casas que son el sueño cumplido de alguien, que otros le van a seguir soñado mientras duren en pie.

    ¿Te has preguntado quién va a vivir en tu casa dentro de 50 años, o 100?

    En esa famosa estrofa del poema Límites, Borges dice:

    Si para todo hay término y hay tasa

    y última vez y nunca más y olvido

    ¿quién nos dirá de quién, en esta casa,

    sin saberlo nos hemos despedido?

    Exibir mais Exibir menos
    4 minutos
  • Gotera.
    Nov 9 2024

    Tengo una gotera en mi techo que, curiosamente, se manifiesta sólo los días de lluvia. ¿Sobrenatural? Puede ser.

    El caso es que, en los días de sol, no me acuerdo de subir al techo para encontrarla y arreglarla, aunque sí tengo comprado todo el kit de HAGALO USTED MISMO para resolverlo.

    Los días lluviosos tienen eso.

    A mí me encantan. Tienen esa magia de hacer aparecer todas las goteras del techo y las del alma también, (no creo en el alma, pero de alguna forma hay que nombrar lo que no aparece en las autopsias, ¿no?).

    Y si el alma te gotea, sólo en los días de lluvia, no es como para pedir un sobre turno urgente a tu analista. Es sólo ese ratito.

    Yo hago lo mismo que con las del techo. Corro todo lo que se puede arruinar, pongo un balde justo abajo y las escucho sereno, sin pretender modificar nada. Las dejo que se expresen.

    ¿Viste que, casi siempre, el cielo acompaña en los sepelios?

    Ok. La gente se muere sin averiguar el pronóstico y se muere todos los días.

    No es una estadística, es una de esas coincidencias que he vivido entre cielos grises, momentos grises y ánimos grises.

    También me ha pasado, como hoy, que la lluvia me pone en plan sereno y, a pesar de las goteras, me hace sentir que todo está bien así.

    Y, encima, a lo mejor, en un rato sale el sol.

    Mirá lo que dice de la lluvia Roberto Juarroz, un poeta, claro.

    Los diferentes ángulos de la lluvia
    nos distraen de la más íntima
    naturaleza de la lluvia:
    caer siempre perpendicular a algo.

    Así a veces cae perpendicular al corazón,
    pero el corazón tiene miedo
    y escapa de todas las perpendiculares.
    Otras veces cae perpendicular a los muertos,
    pero los muertos ya no aciertan ninguna geometría.

    Y otras veces cae perpendicular a la noche,
    pero la noche la abraza como un surtidor por todas partes.

    Sin embargo la perpendicular de la lluvia,
    para cumplir su llamado,
    no necesita ni siquiera una línea,
    sino tan sólo un punto donde poder caer
    y hundirse plenamente.

    Exibir mais Exibir menos
    4 minutos
  • La tristeza "garpaba".
    Oct 28 2024

    No conozco nada de la música de los pibes, pero de lo poquito que escucho, parece ser que no hay mucha tristeza ni melancolía.

    Ponés canciones tristes para sentirte mejor, decía Cerati.

    (Menos mal que la tristeza no se medica.)

    ¿Seremos los últimos melancólicos?

    Spotify me tiró una seguidilla de temas de Serrat que “madre mía”.

    Bellos. Poéticos. Pero un bajonazo.

    Ese tema a Manuel, que era mendigo a jornal fijo. Que trabajaba, sudando y llorando, por un mendrugo,. Que enterró a la mujer, embarazada, y se ahorcó del olivo del amo y con la soga de esparto, también del amo.

    Sumale Pueblo blanco, Soneto a mamá, el Romance del curro, Decir amigo y Aquellas pequeñas cosas…

    Upalala. Pal corchazo.

    Escuchás, hoy, esas canciones y se te arruga el corazón, aunque la memoria emotiva de cuando las escuchaste por primera vez, no coincida.

    Eran de cuando nos reíamos de todo y mucho, con la vida liviana.

    Las canciones tristes eran un éxito.

    Aprendimos a sufrir por lo que todavía no nos pasaba.

    ¿Estábamos aprendiendo a empatizar?

    Cuando veíamos a nenes como nosotros, en GRANDES VALORES DEL TANGO, interpretando, muy serios, letras de traición y desamor y borracheras para olvidar, ¿nos daríamos cuenta de que lo que decían sufrir, no coincidía con un cuerpito de niñito, aunque tuvieran trajecito y moñito?

    Será por eso que seguíamos siendo mercado para la música bajón.

    Pienso que somos la última generación de los que tenían el árbol genealógico lleno de historias tristes, duras, dramáticas. Con barcos, despedidas incompresibles y resignación de prepo.

    Hoy también se sufre, obvio. Tristeza nao tem fin…

    Pero la culpa la tiene el sistema, no la vida.

    Y el desamor o la muerte de los que querés o no llevarte bien con el mundo, es simplemente un problema de “gestión de las emociones”.

    Te lo resuelve un librito de autoayuda o un psicólogo por Instagram.

    La música es toda rítmica y se baila a puro pubis.

    Y las distancias se resuelven con una video llamada.

    De melancolía, nada. ¿Mejor así, no?

    Exibir mais Exibir menos
    4 minutos

O que os ouvintes dizem sobre 300 palabras para (des) aprender a vivir.

Nota média dos ouvintes. Apenas ouvintes que tiverem escutado o título podem escrever avaliações.

Avaliações - Selecione as abas abaixo para mudar a fonte das avaliações.