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Los sabios de todos los tiempos dejan algunos de sus más profundos pensamientos dentro de Fragmentos. Una obra corta que ofrece al lector una herramienta de reflexión que trasciende las épocas; donde diferentes preguntas filosóficas abordaron a los hombres que no poseían las comodidades que acostumbramos hoy en día, pero se cuestionaban las mismas interrogantes. El conocimiento, la vida, la divinidad siguen siendo constantes dentro de las preocupaciones humanas, por lo que parar un momento de la vida cotidiana y reflexionar al respecto, nunca es un desperdicio.

Este libro fue escrito por Boecio en el año 524 en el período previo a su brutal ejecución, donde, afligido por la injusticia de su encarcelamiento por involucrarse en una conspiración, Boecio medita sobre la naturaleza de Dios, la inconstancia de la fortuna, la idea del libre albedrío, por qué le suceden cosas malas a la gente buena y la naturaleza de la felicidad. Sus argumentos toman la forma de un diálogo rico y exquisito entre él y la Filosofía en un intento de crear una ideología coherente que apoye su visión del mundo.

El gran filósofo griego Sócrates ha pasado a la historia como uno de los pensadores más importantes de la humanidad, y, debido a que no llegó a dominar la escritura, la gran mayoría de sus enseñanzas fueron transmitidas por su discípulo Platón.

El Utilitarismo es un ensayo escrito por el filósofo John Stuart Mill, donde defiende a la doctrina del mismo nombre. En busca de su objetivo, Mill expone como el pensamiento utilitarista interactúa con varias de las cuestiones que más interesan a la humanidad, tales como la felicidad, el placer, el sacrificio, la justicia y la moral. La forma en cómo aborda estos temas, permite apreciar su manifestación a nivel personal y colectivo. Las ideas de Mill llegaron a ser muy bien acogidas en la filosofía angloamericana, y actualmente continúan siendo una propuesta digna de ser atendida y estudiada.

Principios del Comunismo es una obra escrita por Friedrich Engels que pretende postular ideas centrales del marxismo, tales como el materialismo histórico, la lucha de clases, y la revolución obrera, planteando una visión histórica del desarrollo de las sociedades y ofreciendo propuestas para su radical cambio. A través de un formato de preguntas y respuestas va respondiendo cómo introducir formas mejoradas de organización social basadas en la cooperación, en oposición a la competencia que se desarrolla en el ámbito del libre mercado.

En este libro el lector podrá conocer los principios que Cristo dio a sus discípulos, así como también logrará comprender la naturaleza de esta inmensa sabiduría. Pues en esta oportunidad, Ralph Waldo desea romper con los debates religiosos y dejar este mensaje: «Dios está con nosotros». La humanidad lleva milenios buscando los pasos para alcanzar la armonía, sin tomar en cuenta que la respuesta lleva frente a sus ojos cientos de años: el guía perfecto estuvo antes y construyó el camino —en sus propias palabras— para la verdad y la vida.

Desde la monarquía hasta la república, los hombres siempre se han sentido inconformes por la tergiversación de los principios de gobierno desde quienes están en el poder. Sin embargo, desde la institucionalización de la democracia, muchos han creído que esta se puede instaurar como un modelo incuestionable.

Los Doce Poderes del Hombre es considerado como uno de los mejores textos clásicos e históricos de todos los tiempos. Es una mirada metafísica a las doce expresiones del poder divino inherente al ser humano.

Este es el inicio de La tabla esmeralda, uno de los textos más misteriosos y fascinantes de la historia humana. Pero, ¿quién es Thoth el Atlante? Existen incontables mitos sobre él: que fue el creador de la alquimia, el profeta que anunció el advenimiento de Cristo. Lo único cierto es que su nombre verdadero fue Hermes Trismegisto, «el tres veces grande», y que fue el autor de La tabla esmeralda.

Tras la partida de Sócrates al Hades, todos los hombres de Grecia se llenaron la cabeza de interrogantes respecto a su muerte. En este libro —uno de los diálogos más importantes de Platón—, se sostiene una charla entre Equécrates y Fedón, revelándose las últimas preocupaciones del famoso filósofo, así como también valiosos debates en lo que intervendrían Simias y Cebete, respecto a la naturaleza del alma y como esta representa un ser inmortal que trasciende al cuerpo; y que, para su propio bienestar, debe estar lo más desapegada posible a las bajas ambiciones terrenales.

Mientras iba a presentarse ante la Asamblea por las acusaciones de Meleto, Sócrates se encontraría con su viejo amigo Eutifrón, con quién empezaría una charla casual respecto a los motivos que llevaron a cada uno a juicio; sin imaginar que, a lo largo de su conversación, iniciaría un improvisado debate moral respecto a lo piadoso y lo injusto.

Gracias a la intervención de diversos personajes a lo largo de su conversación con Menón, Sócrates logra, no solo dirigir su atención a un nuevo debate filosófico que involucra la naturaleza del alma, sino también probar al lector que el conocimiento humano trasciende el aprendizaje; al existir certezas que residen en nuestra alma y se vuelven características innatas que sobrepasan al cuerpo.

Como sus predecesores y contemporáneos, Aristóteles no fue la excepción dentro de los filósofos que abordaron el amplio cuestionamiento de lo que significaba el alma. A partir del análisis de las opiniones dadas por muchos de sus colegas, el padre de la filosofía occidental, no solo descartaría los viejos mitos respecto a la naturaleza del alma, sino que también explicaría las dinámicas y diferencias existentes entre los distintos tipos de almas de los seres vivos, usando para ello el movimiento, las sensaciones, los deseos, los pensamientos y las facultades de los sentidos.